De sobra es sabido que existen acciones más correctas, moralmente hablando, y otras menos correctas; unas que son más «buenas» y otras que lo son menos.
Decimos que son correctas aquellas acciones que son conformes a aquel código ético-moral que compartamos. Sin embargo… ¿Es esto del todo correcto?
Actuar conforme a un código moral significa que dicha acción puede estar acorde con aquello que llamamos justicia, pero el origen de dicha acción no necesariamente tiene porqué residir en la justicia, sino que tal vez hayamos actuado por otra causa.
Esto se puede ejemplificar de manera muy sencilla: pongamos el caso de que se me presenta la posibilidad de realizar un hurto, pero decido no hacerlo. Si lo he decidido por miedo a que alguien se de cuenta de dicho acto y yo sea castigado la decisión que he tomado se ve conforme a un código moral, sin embargo esta decisión siempre es menos buena que si la hubiera tomado por la razón de que realizar el hurto es algo injusto, es decir, por la justicia en si misma. De tal manera que la acción moralmente buena es aquella que se hace de manera desinteresada, porque pensamos que es lo correcto (más allá de si erramos en nuestra consideración o no) y no por otro motivo.
Pero llegados a este punto conviene plantearse si este tipo de acciones realmente existen. Todo hecho que sea conforme a la moralidad nos aporta un bienestar personal, por muy poco ventajoso que nos sea una acción «buena» el realizarla siempre aporta al realizador una satisfacción personal que convierte a la acción, que en un principio era totalmente solidaria, en una acción que ya nos aporta algo.
¿Quiere decir esto que no existen las acciones desinteresadas? No, pues aunque las acciones que consideramos justas nos proporcionen un cierto grado de autorealización esto no quiere decir que el motivo por el que las llevamos a la práctica sea ese bienestar personal y no una concienciación hacia el hacer lo correcto. De tal manera que podemos concluir que la acción desinteresada es aquella que se ve originada por una concienciación, por pensar que debemos hacerlo, independientemente de si nos aporta algo o no.
