El debate metafísico moderno

El debate metafísico moderno

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Introducción

La filosofía moderna que estudiamos en 2º de bachillerato se encuentra fuertemente centrada en el debate metafísico. Este debate metafísico moderno gira en torno a la cuestión fundamental de qué tipo de saber puede ser la metafísica y si esta tiene un lugar legítimo dentro del conocimiento humano. Esta discusión se desarrolló principalmente durante los siglos XVII y XVIII, con figuras clave como Descartes, Leibniz y Kant. Acompáñanos a explorar el problema de la metafísica como saber y la revolución filosófica propuesta por Kant, que marcó un punto de inflexión en este campo.

El giro epistemológico de la metafísica

Uno de los momentos más decisivos en la historia de la filosofía moderna es el paso de una metafísica centrada en el «ser» a una metafísica centrada en el «conocer». Este desplazamiento del eje de la reflexión filosófica es lo que denominamos el giro epistemológico de la metafísica, y constituye una transformación radical respecto a la tradición anterior, tanto en su orientación como en su método.

Durante siglos, la metafísica se había entendido como la disciplina que estudia los principios últimos de la realidad: el ser, la sustancia, la causa, Dios, el alma. Aristóteles la definía como la «filosofía primera», y la escolástica medieval, en continuidad con esta tradición, se ocupaba de Dios como el fundamento absoluto del ser. Sin embargo, con la irrupción de la modernidad y la crisis de los modelos tradicionales de autoridad (política, religiosa, científica), la filosofía experimenta una reorientación decisiva: ya no basta con preguntar qué es lo real, sino que es necesario preguntarse cómo podemos conocer lo real.

Esta nueva orientación tiene su origen en el racionalismo cartesiano. Descartes inaugura el pensamiento moderno poniendo en duda todo el saber recibido y buscando un fundamento indudable para el conocimiento. Su famoso cogito, ergo sum es un punto de partida subjetivo que marca el comienzo de una metafísica del conocimiento. En lugar de partir del ser, parte del pensar: del sujeto que conoce. A partir de ahí, la metafísica se convierte progresivamente en una investigación crítica sobre las condiciones del conocimiento humano.

Racionalismo vs empirismo

El giro epistemológico no se limita a Descartes, sino que estructura buena parte de la filosofía moderna, particularmente en el enfrentamiento entre racionalismo y empirismo. Los racionalistas (como Leibniz o Spinoza) sostienen que el conocimiento verdadero debe fundarse en principios racionales, necesarios y universales. Frente a ellos, los empiristas (como Locke o Hume) defienden que todo conocimiento procede de la experiencia sensible y rechazan la idea de conocimientos innatos o necesarios.

Esta disputa, más que una simple diferencia metodológica, revela una tensión de fondo sobre la posibilidad misma de la metafísica. Para Hume, por ejemplo, la metafísica tradicional carece de sentido, ya que sus conceptos no derivan de impresiones sensibles y, por tanto, no tienen validez cognitiva. Así, la crítica empirista empuja a la metafísica a un callejón sin salida, que será finalmente enfrentado por Kant.

El racionalismo: la razón como el fundamento del conocimiento

El racionalismo es una corriente filosófica que sostiene que la razón, por sí sola, es capaz de alcanzar conocimientos verdaderos, universales y necesarios sobre la realidad, sin necesidad de recurrir exclusivamente a la experiencia sensible. Esta confianza en la capacidad autónoma del pensamiento caracteriza a algunos de los principales pensadores de la modernidad, entre los que se encuentran autores como Descartes y Leibniz, quienes defendieron que existen principios racionales evidentes desde los que puede derivarse el conocimiento, incluso en áreas como la metafísica o las matemáticas.

Descartes: la metafísica como base del conocimiento

René Descartes consideraba que la metafísica era necesaria para proporcionar un fundamento seguro al saber. En su Meditaciones metafísicas, plantea que solo la certeza del «Cogito, ergo sum» (Pienso, luego existo) puede servir como punto de partida para construir todo el conocimiento, incluyendo el científico. Para Descartes, la existencia de Dios y la inmortalidad del alma eran también cuestiones metafísicas esenciales.

A continuación te dejamos nuestras entradas sobre la filosofía cartesiana:

Leibniz: la metafísica como armonía racional

Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) desarrolló una metafísica que buscaba explicar la realidad a partir de principios racionales, combinando la lógica, la teología y la física en un sistema coherente. Para él, el universo estaba compuesto por unidades fundamentales e indivisibles a las que llamó mónadas. Estas no eran meros átomos materiales, sino sustancias inmateriales dotadas de percepción y apetición, es decir, de cierta actividad interna.

Cada mónada reflejaba el universo desde su propia perspectiva, pero su funcionamiento no era arbitrario, sino que estaba ordenado por Dios según el principio de la armonía preestablecida. Esta idea postulaba que todas las mónadas se coordinaban de manera perfecta sin necesidad de interacción causal directa, como si fuesen relojes perfectamente sincronizados desde su creación. De este modo, Leibniz concibió el universo como un sistema en el que lo finito y lo infinito, lo contingente y lo necesario, se combinaban en la mejor de las configuraciones posibles, acorde con su famoso principio de que este es el «mejor de los mundos posibles».

La metafísica de Leibniz también se sustentaba en otros principios fundamentales de su filosofía:

  • El principio de razón suficiente, según el cual nada ocurre sin una razón que lo explique.
  • El principio de identidad de los indiscernibles, que afirma que no pueden existir dos entidades absolutamente idénticas en todos sus aspectos sin que haya una distinción real entre ellas.
  • El principio de continuidad, que sostiene que la naturaleza no da saltos y que la realidad se desarrolla de manera progresiva y armónica.

Baruch Spinoza: racionalismo y unidad de la realidad

Baruch Spinoza (1632–1677) es una de las figuras más singulares y radicales del racionalismo moderno. Influido por el pensamiento de Descartes, Spinoza lleva la exigencia de claridad y necesidad lógica al extremo, construyendo su sistema filosófico en su obra principal, Ética demostrada según el orden geométrico, con un método similar al de las matemáticas. Para él, la razón no solo es capaz de alcanzar la verdad, sino que debe hacerlo mediante demostraciones claras, evidentes y necesarias, como en la geometría euclidiana.

La tesis central de Spinoza es la identidad entre Dios y la naturaleza (Deus sive Natura). Frente a la concepción tradicional de un Dios trascendente, Spinoza afirma que solo existe una única sustancia infinita, eterna y necesaria, que es causa de sí misma y de todo lo que existe. Esta sustancia puede ser entendida tanto como Dios como Naturaleza, y todo lo que hay son modos o manifestaciones de esa única realidad.

El conocimiento racional permite comprender el orden necesario del mundo y, con ello, alcanzar la libertad. Para Spinoza, ser libres no significa actuar sin causas, sino comprender las causas que nos determinan. Así, la libertad verdadera es fruto del conocimiento racional de la necesidad. Su pensamiento representa una síntesis entre la exigencia lógica del racionalismo y una visión profundamente ética y espiritual del mundo.

El empirismo: el conocimiento desde la experiencia

El empirismo es una corriente filosófica que defiende que todo conocimiento procede, directa o indirectamente, de la experiencia. Frente al racionalismo, que sostiene la existencia de ideas innatas y principios universales accesibles por la razón, el empirismo pone el énfasis en la percepción sensible como origen y límite del saber humano. Esta orientación adquiere un protagonismo decisivo en la filosofía moderna, especialmente en el pensamiento británico, y tiene en John Locke y David Hume a dos de sus principales representantes.

Te recomiendo mi video de Youtube en el que explico el empirismo de Locke y de Hume, acompañado de un comentario de texto de la Investigación sobre el entendimiento humano de Hume:

John Locke: la mente como «tabla rasa»

John Locke (1632–1704) es considerado el fundador del empirismo moderno. En su obra Ensayo sobre el entendimiento humano, rechaza la existencia de ideas innatas y sostiene que el conocimiento se forma a partir de la experiencia. Según Locke, la mente humana al nacer es como una «tabla rasa» (tabula rasa), sin ningún contenido. Todo lo que sabemos proviene de dos fuentes de experiencia: la sensación, que nos proporciona información sobre el mundo externo, y la reflexión, que nos permite conocer las operaciones internas de nuestra mente.

Locke distingue entre ideas simples, que se derivan directamente de la experiencia, y ideas complejas, que la mente construye a partir de las simples mediante operaciones como la combinación o la abstracción. Para Locke, el conocimiento verdadero se basa en la adecuación de nuestras ideas a la realidad, aunque reconoce ciertos límites en lo que podemos conocer con certeza, especialmente en lo que respecta a la naturaleza última de las sustancias.

Por aquí te dejamos nuestras entradas sobre la filosofía de Locke:

David Hume: el escepticismo como consecuencia lógica

David Hume (1711–1776) lleva el empirismo hasta sus últimas consecuencias, desarrollando una postura escéptica sobre muchos de los supuestos tradicionales de la metafísica. En su Investigación sobre el entendimiento humano, Hume afirma que todo el contenido de la mente se reduce a percepciones, que clasifica en impresiones (más vivas) e ideas (copias más débiles de las impresiones).

Hume niega que podamos justificar racionalmente nuestras creencias sobre la causalidad, la identidad personal o la existencia del mundo externo. Por ejemplo, no vemos nunca la causa en sí, sino solo una sucesión constante de fenómenos: cuando una bola de billar golpea a otra, vemos el movimiento, pero no la «fuerza causal». Así, conceptos fundamentales de la metafísica clásica quedan reducidos a hábitos de asociación psicológica, no a conocimientos racionales fundados.

Su crítica radical al concepto de causa y a la posibilidad de la metafísica influirá profundamente en la filosofía posterior, especialmente en Kant, quien afirma que fue Hume quien lo «despertó de su sueño dogmático».

Por aquí te dejamos todas las entradas dedicadas a Hume, donde se incluyen algunos comentarios de texto resueltos:

La Filosofía Crítica de Immanuel Kant

La Revolución Kantiana en la Metafísica

Immanuel Kant (1724-1804) revolucionó el debate filosófico moderno al cuestionar tanto las pretensiones de la metafísica tradicional como el escepticismo radical que negaba su posibilidad. Con su filosofía crítica, propuso una nueva manera de comprender el conocimiento, estableciendo los límites y las condiciones bajo las cuales es posible conocer la realidad.

La Crítica a la Metafísica Dogmática

En su obra fundamental, Crítica de la razón pura (1781), Kant sostiene que la metafísica tradicional, basada en especulaciones a priori sobre Dios, el alma y el universo, carece de fundamentos sólidos. Argumenta que nuestra capacidad de conocer está limitada a los fenómenos, es decir, a aquello que se presenta a nuestra experiencia. La razón humana, según Kant, tiende a ir más allá de la experiencia e intenta alcanzar el conocimiento de la «cosa en sí», es decir, la realidad trascendental, pero este conocimiento es inaccesible para nosotros.

Este cuestionamiento representa una crítica directa al racionalismo dogmático, que suponía que la razón podía conocer verdades absolutas sin recurrir a la experiencia. Al mismo tiempo, Kant también rechaza el empirismo radical de Hume, que redujo el conocimiento a meras impresiones sensoriales sin una estructura racional subyacente.

La Posibilidad de una Metafísica Crítica

A pesar de su crítica a la metafísica tradicional, Kant no la descarta por completo. En su lugar, propone una «metafísica crítica», que no pretende conocer lo trascendental en sí mismo, sino analizar los límites y las condiciones del conocimiento humano. Según Kant, el conocimiento no es una simple recepción pasiva de información sensorial, sino el resultado de la interacción entre las intuiciones sensibles y las categorías del entendimiento. Esto significa que la razón no es completamente autónoma ni puramente receptiva, sino que estructura activamente la experiencia.

Este enfoque da lugar a lo que Kant denomina su «revolución copernicana» en la filosofía: en lugar de asumir que el conocimiento se adapta a los objetos, propone que son los objetos los que deben conformarse a nuestras estructuras cognitivas. Así, Kant demuestra que el conocimiento humano tiene un alcance delimitado y que solo puede operar dentro del ámbito de la experiencia posible.

Legado de Kant

La filosofía crítica de Kant marcó un punto de inflexión en la historia de la filosofía. No solo redefinió la metafísica, sino que también tuvo un impacto duradero en la epistemología, la ética y la estética. En su Crítica de la razón práctica, desarrolla su teoría moral basada en el imperativo categórico, mientras que en la Crítica del juicio elabora una teoría sobre la estética y la teleología.

Su influencia se extiende a diversas corrientes filosóficas posteriores, desde el idealismo alemán de Fichte, Schelling y Hegel hasta las epistemologías contemporáneas que siguen explorando los límites del conocimiento humano. Kant dejó claro que cualquier intento de fundamentar el conocimiento debe pasar por un análisis crítico de sus propios límites, estableciendo así un paradigma que continúa siendo relevante en el pensamiento filosófico actual.

Entradas sobre Kant

Aquí te dejamos las entradas sobre el pensamiento kantiano, para que puedas profundizar:

Consejos para el examen

  1. Contextualiza adecuadamente. Relaciona las ideas de Descartes y Leibniz con el contexto de la modernidad y sus intentos de superar el escepticismo medieval. Por ejemplo, menciona cómo Descartes buscó un fundamento seguro frente a las dudas escépticas.
  2. Cita las obras principales. Usa referencias como las Meditaciones metafísicas de Descartes y la Crítica de la razón pura de Kant para respaldar tus respuestas.
  3. Compara perspectivas. Destaca las diferencias entre la metafísica racionalista y la crítica kantiana. Por ejemplo, explica cómo Kant limita el alcance del conocimiento frente al optimismo de Leibniz.
  4. Relaciona con la actualidad. Reflexiona sobre la relevancia de la crítica kantiana en debates contemporáneos, como los límites del conocimiento científico o el papel de la razón en la ética.
  5. Recuerda los criterios del examen. Asegúrate de responder todas las preguntas contextualizando histórica y filosóficamente, y cuidando la expresión escrita.

Conclusión

El debate metafísico moderno representa uno de los momentos más significativos de la filosofía occidental. Desde los intentos de Descartes y Leibniz por fundamentar la metafísica como un saber racional hasta la revolución crítica de Kant, estas discusiones han influido en cómo entendemos los límites y las posibilidades del conocimiento humano. Comprender este debate no solo es esencial para los exámenes de historia de la filosofía, sino también para reflexionar sobre la validez del conocimiento en la actualidad.

Preguntas frecuentes:

¿Qué diferencia hay entre la metafísica de Descartes y la crítica kantiana?

La metafísica de Descartes busca un fundamento absoluto para el conocimiento a través de principios innatos y la razón pura, mientras que la crítica kantiana limita el conocimiento a los fenómenos y examina los límites de la razón.

¿Por qué Leibniz defiende la existencia de mónadas?

Leibniz argumenta que las mónadas son las unidades indivisibles y fundamentales de la realidad, cada una reflejando el universo desde su propia perspectiva en armonía preestablecida por Dios.

¿Cuál es el principal aporte de Kant al debate metafísico moderno?

Kant redefinió la metafísica al analizar las condiciones de posibilidad del conocimiento humano, estableciendo que este surge de la interacción entre la sensibilidad y el entendimiento.

¿Cómo influyó la Crítica de la razón pura en la filosofía posterior?

La obra de Kant marcó el inicio de la filosofía moderna al sentar las bases de la epistemología y cuestionar las pretensiones del conocimiento absoluto, influyendo en movimientos como el idealismo alemán.

¿Por qué Kant considera que no podemos conocer la «cosa en sí»?

Porque según Kant, el conocimiento humano está limitado a los fenómenos, es decir, a cómo las cosas aparecen a nuestra experiencia, pero no a su esencia trascendental o «cosa en sí».

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