Ontologismo filosófico

El ontologismo filosófico

Introducción

El ontologismo es una corriente filosófica que sostiene que el conocimiento humano de Dios es inmediato y directo, es decir, que la idea de Dios está inscrita de forma innata en la mente humana. Según esta perspectiva, la existencia de Dios no necesita ser demostrada mediante argumentos a posteriori o inferencias lógicas, ya que es evidente por sí misma.

El ontologismo tuvo su auge en los siglos XVII y XVIII, influido por figuras como René Descartes y más tarde criticado por pensadores como Tomás de Aquino e Immanuel Kant. Este artículo explora los fundamentos del ontologismo, sus principales conceptos y su relevancia en la filosofía contemporánea.


Fundamentos del ontologismo

El ontologismo se basa en la idea de que el conocimiento de Dios es anterior a cualquier experiencia sensorial o razonamiento lógico. Esta perspectiva parte de los siguientes principios:

  1. Inmediatez del conocimiento divino: La mente humana tiene un acceso directo a la idea de Dios como el ser perfecto y necesario.
  2. Primacía de lo ontológico: La existencia de Dios no solo es evidente, sino que es el fundamento último de todo conocimiento y realidad.
  3. Racionalidad divina: El conocimiento humano está ordenado según la racionalidad divina, lo que permite a la mente reconocer a Dios como origen de todas las cosas.

Autores y ejemplos relevantes en relación al ontologismo

La Iglesia y el ontologismo

El ontologismo fue objeto de una profunda reflexión y eventual condena por parte de la Iglesia Católica en el siglo XIX. La principal objeción teológica radicaba en que esta corriente minimiza el papel de la fe y la revelación en el conocimiento de Dios. Según la doctrina católica, aunque el ser humano tiene la capacidad de conocer a Dios mediante la razón natural, este conocimiento no es inmediato ni innato, sino que requiere tanto la gracia divina como la mediación de la experiencia y la revelación.

El Papa Pío IX condenó explícitamente el ontologismo en varias ocasiones, particularmente en 1861, al declarar que esta filosofía se apartaba de las enseñanzas tradicionales al proponer que la mente humana podría acceder directamente a la esencia divina sin necesidad de intermediarios. Esta condena subraya la importancia de mantener una distinción clara entre razón y fe, así como la dependencia del conocimiento humano de la revelación divina.

Ontologismo y protestantismo

El ontologismo tuvo una relación ambivalente con el protestantismo. Por un lado, ciertos aspectos de esta corriente, como la idea de un acceso inmediato a lo divino, pueden parecer compatibles con la teología protestante, especialmente en su énfasis en la relación personal y directa con Dios. Los reformadores como Martín Lutero subrayaron la importancia de la fe individual y la experiencia directa de la gracia, elementos que resuenan con la noción ontologista de una conexión innata con lo divino.

Sin embargo, el protestantismo, especialmente en su vertiente reformada, también enfatizó la corrupción de la naturaleza humana tras el pecado original, lo que dificultaría un conocimiento directo e innato de Dios. Esta visión choca con el optimismo antropológico implícito en el ontologismo. Además, los teólogos protestantes solían desconfiar de las elaboraciones filosóficas que parecían minimizar la centralidad de las Escrituras como fuente de revelación.

En términos históricos, el ontologismo no tuvo una adopción significativa en las tradiciones protestantes principales, aunque sus planteamientos influyeron indirectamente en debates teológicos sobre la naturaleza de la gracia, la razón y la experiencia religiosa.


Significado histórico del ontologismo

El ontologismo desempeñó un papel crucial en el desarrollo de la filosofía moderna al desafiar las concepciones tradicionales del conocimiento humano y su relación con lo divino. Su énfasis en la inmediatez del conocimiento de Dios influyó en los debates sobre la naturaleza de la intuición, la razón y la metafísica durante los siglos XVII y XVIII.

Aunque finalmente fue rechazado tanto por la Iglesia como por filósofos posteriores, el ontologismo dejó una huella en la historia del pensamiento al plantear preguntas fundamentales sobre la capacidad del ser humano para conocer verdades trascendentes. Además, abrió camino para que corrientes posteriores, como el idealismo alemán y la fenomenología, reconsideraran la relación entre lo absoluto y la mente humana desde nuevas perspectivas.

En términos históricos, el ontologismo puede interpretarse como un intento de integrar la tradición filosófica cristiana con el racionalismo moderno, un esfuerzo que puso en evidencia las tensiones entre fe y razón en el contexto de la modernidad.


Conclusión

El ontologismo representa una de las aproximaciones más audaces al problema del conocimiento de Dios, al afirmar que este es inmediato e innato. Aunque su influencia decayó debido a las críticas filosóficas y teológicas, su legado persiste en debates sobre la intuición, la razón y la naturaleza del conocimiento trascendental.

En última instancia, el ontologismo nos invita a reflexionar sobre los límites del conocimiento humano y la conexión entre la razón y lo divino. Al hacerlo, pone de manifiesto las complejidades inherentes a la relación entre fe, filosofía y teología, una relación que sigue siendo objeto de exploración en la filosofía contemporánea.

¿Qué es el ontologismo?

Es una corriente filosófica que sostiene que el conocimiento de Dios es inmediato y no requiere pruebas lógicas o empíricas.

¿Por qué fue criticado el ontologismo?

Fue criticado por filósofos como Tomás de Aquino y Kant -quienes subrayan las limitaciones del conocimiento humano-, y también condenado por la Iglesia Católica por su enfoque que minimiza la revelación y la fe.

¿Qué relación tiene el ontologismo con la prueba ontológica?

Ambos comparten la idea de que la existencia de Dios se basa en una intuición o definición innata, aunque no son exactamente lo mismo.

¿Sigue siendo relevante el ontologismo hoy en día?

Si bien ha perdido relevancia como corriente filosófica, algunas de sus ideas resurgen en debates contemporáneos sobre la intuición y la fenomenología religiosa.

  • Descartes, René. Meditaciones metafísicas. 1641.
  • Gioberti, Vincenzo. Del primato morale e civile degli italiani. 1843.
  • Kant, Immanuel. Crítica de la razón pura. 1781.
  • Tomás de Aquino. Suma Teológica. 1265-1274