Índice
Introducción
En el centro de la filosofía de Aristóteles se encuentra un concepto que ha generado interpretaciones y debates durante siglos: la ousía. Traducida habitualmente como «sustancia» o «ente», esta nocion constituye el eje sobre el que gira su Metafísica, una obra que intenta responder a la pregunta más fundamental de todas: ¿qué es lo que verdaderamente es? Entender la ousía no solo es clave para comprender el pensamiento aristotélico, sino también para desentrañar el desarrollo de toda la tradición filosófica occidental. En este artículo exploraremos el significado, las transformaciones y el papel de la ousía en Aristóteles, así como su relevancia filosófica y su influencia posterior.
¿Qué significa ousía en Aristóteles?
La palabra griega ousía proviene del verbo einai, «ser», y se puede traducir literalmente como «lo que es». En griego clásico, su uso era flexible, pero Aristóteles le dio una significación técnica que marcaría un antes y un después. En su obra Metafísica, especialmente en los libros Z, H y Θ (VII, VIII y IX), Aristóteles se esfuerza por precisar qué es la ousía, a la que también se refiere como sustancia primera.
Aristóteles distingue entre sustancia primera (prôtê ousía) y sustancia segunda (deutera ousía). La sustancia primera es el individuo concreto: esta piedra, este caballo, este ser humano. La sustancia segunda, en cambio, es la esencia o especie a la que pertenece el individuo, como «caballo» o «ser humano» en general.
Este enfoque lo distancia de Platón, quien situaba la realidad verdadera en las Ideas o Formas separadas. Aristóteles, por el contrario, defiende que la sustancia está en lo individual, en lo que existe aquí y ahora.
La crítica a Platón y la reubicación de la realidad
Una de las claves para entender el concepto de ousía en Aristóteles es su crítica a la teoría platónica de las Ideas. Platón situaba la realidad en un mundo inteligible, separado del mundo sensible. Aristóteles, en cambio, sostiene que no necesitamos recurrir a entidades separadas para explicar la realidad: lo que verdaderamente es, lo que tiene ousía, está presente en las cosas concretas.
En este sentido, la filosofía primera o metafísica es la ciencia que estudia el ser en cuanto ser, y su objeto privilegiado es la ousía. Por eso afirma en Metafísica Z.1: «Lo que se busca desde antiguo y ahora y siempre, y lo que siempre ha sido motivo de duda, es qué es el ser en cuanto ser».
Esta afirmación convierte el estudio de la ousía en el centro neurálgico de la filosofía.
Materia y forma: la composición de la ousía
Para explicar qué es una sustancia, Aristóteles desarrolla su teoría hilemórfica, según la cual toda sustancia está compuesta de materia (hylê) y forma (morphê). La materia es el sustrato potencial que puede asumir diversas formas; la forma es aquello que hace que la cosa sea lo que es.
Por ejemplo, una estatua de bronce tiene como materia el bronce y como forma la figura que representa. En los seres vivos, la forma es su alma (psyjê), entendida como principio vital. De este modo, la ousía no es ni sólo materia ni sólo forma, sino la unidad de ambas. Esta visión es clave para su biología, su ética e incluso su política.
Además, Aristóteles introduce la nocion de acto (energeia) y potencia (dynamis), que permiten entender el devenir sin recurrir a un dualismo ontológico. La ousía es, entonces, aquello que realiza una esencia en acto, lo que tiene una naturaleza propia.
La prioridad ontológica de la ousía
Aristóteles afirma que la sustancia es «lo primero» en varios sentidos: es lo primero en conocimiento, en definición y en ser. Sin sustancias no hay nada más: ni cualidades, ni relaciones, ni cantidades. Todo lo demás existe en virtud de las sustancias.
Esto significa que la ousía tiene prioridad ontológica, es decir, constituye el fundamento de todo lo que existe. Esta prioridad se refleja también en el lenguaje: cuando decimos «esta mesa es blanca», el sujeto («mesa») nombra una sustancia, mientras que el predicado («blanca») designa una propiedad accidental.
Así, Aristóteles inaugura una forma de pensar la realidad centrada en lo individual, en lo concreto, y no en lo universal separado. La filosofía posterior tendrá que enfrentarse a esta concepción: desde los escolásticos medievales hasta Heidegger, la pregunta por la ousía seguirá siendo el punto de partida.
Conclusión
La ousía es el concepto fundamental de la metafísica de Aristóteles. Lejos de ser una abstracción vacía, designa aquello que verdaderamente es: lo individual, lo concreto, lo que tiene ser por sí mismo. A través de su teoría hilemórfica, Aristóteles consigue una explicación del ser que unifica materia y forma, potencia y acto, sin necesidad de entidades separadas.
Comprender la ousía es comprender el corazón mismo del pensamiento aristotélico y una de las claves para entender la historia de la filosofía occidental. Es, además, una oportunidad para repensar qué significa «ser» en nuestro propio tiempo.