Índice
- 1 Introducción
- 2 La tesis central de «La sociedad del cansancio»
- 3 Autoexplotación y patologías del alma
- 4 Tecnología, vigilancia y productividad
- 5 Un enfoque histórico alternativo: Philipp Mainländer y el suicidio como metáfora del cansancio
- 6 La pandemia como catalizador del cansancio
- 7 ¿Es posible una alternativa?
- 8 Conclusión
- 9 Preguntas frecuentes
- 10 Referencias
Introducción
Vivimos en una época en la que el agotamiento se ha convertido en una patología central de la existencia. Ansiedad, depresión, burnout: enfermedades que se multiplican al ritmo del progreso tecnológico y del imperativo de rendir. El filósofo surcoreano Byung-Chul Han, en su ya clásica obra La sociedad del cansancio, ofrece un diagnóstico certero de esta situación: ya no vivimos en una sociedad disciplinaria, sino en una sociedad del rendimiento. Este cambio tiene implicaciones filosóficas, sociales y políticas profundas que merecen ser exploradas a fondo.
La tesis central de «La sociedad del cansancio»
Byung-Chul Han sostiene que la transformación del modelo social contemporáneo nos ha llevado de un paradigma negativo, basado en la prohibición y la represión, a un paradigma positivo, basado en el impulso constante al rendimiento, a la autoexigencia y a la optimización de uno mismo. En la sociedad disciplinaria, el sujeto era un «sujeto de obediencia»; hoy, somos «sujetos de rendimiento», es decir, emprendedores de nosotros mismos.
Este desplazamiento genera un tipo de violencia más sutil pero más devastadora: la «violencia de la positividad». Al ya no haber un opresor externo que imponga límites, el individuo interioriza esa exigencia y se convierte en explotador de sí mismo. Esto, según Han, es mucho más eficaz que cualquier forma de dominación externa, y conduce a un agotamiento que se manifiesta en forma de enfermedades neuronales y psicológicas.
Autoexplotación y patologías del alma
La idea de que el sujeto contemporáneo se explota a sí mismo es central en la obra de Han. El rendimiento se ha convertido en una forma de control interiorizada, donde el individuo no necesita ser vigilado ni castigado, porque se autocastiga si no alcanza los niveles de productividad esperados. El resultado es una proliferación de enfermedades como la depresión, el burnout, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y otras formas de colapso psíquico.
En este punto, Han se diferencia de pensadores como Michel Foucault. Si bien ambos analizan las formas de poder y control social, Han considera que la forma actual de dominación es mucho más eficaz porque se disfraza de libertad. Ya no estamos sometidos al deber, sino al poder del «puedo». Este exceso de positividad es lo que nos enferma.
Tecnología, vigilancia y productividad
La tecnología juega un papel crucial en este nuevo orden. En lugar de liberar tiempo y energía, ha intensificado las lógicas del rendimiento. Las redes sociales, las plataformas de productividad y las aplicaciones de seguimiento personal refuerzan la autoexplotación al convertir cada acción en un dato, cada esfuerzo en una métrica, y cada momento en una oportunidad para optimizarse. A este fenómeno Han lo denomina ‘infocracia‘: un régimen en el que el exceso de información, en vez de generar conocimiento, produce confusión, parálisis y sometimiento. En Infocracia (2022), Han señala que la sobreabundancia de datos y transparencia se convierte en una nueva forma de dominación. Lejos de empoderar al ciudadano, el flujo continuo de información refuerza el control social y disuelve la capacidad crítica. Vivimos en un entorno en el que todo se registra, todo se cuantifica, y la vigilancia ya no requiere represión: se ejerce por saturación.
Como señala Han, «el sujeto de rendimiento se transforma en un proyecto que debe gestionarse y mejorarse constantemente» (La sociedad del cansancio, 2012). Este imperativo de eficiencia perpetua recuerda la advertencia de Theodor Adorno sobre el «hombre administrado»: aquel que ha interiorizado tan profundamente los valores del sistema que ya no puede concebir otra forma de ser.
Un enfoque histórico alternativo: Philipp Mainländer y el suicidio como metáfora del cansancio
Para enriquecer este análisis, es últil traer a colación una figura poco conocida: Philipp Mainländer (1841-1876), filósofo alemán influenciado por Schopenhauer, cuya obra principal La filosofía de la redención sostiene que la historia del mundo es el proceso de autonegación de Dios, que se manifiesta en el deseo de no-ser.
Mainländer interpreta la vida como una carga que tiende hacia su extinción. El ideal, para él, no es la superación, sino la renuncia. Este pensamiento puede parecer extremo, pero resulta revelador si lo ponemos en diálogo con Han. Si el individuo contemporáneo está condenado a rendir y rendir hasta el agotamiento, tal vez el deseo de dejar de ser productivo sea una forma de resistencia filosófica. En este sentido, el cansancio no es solo una enfermedad, sino también un grito ontológico que exige otro modo de vida.
La pandemia como catalizador del cansancio
La crisis del COVID-19 no hizo sino acelerar y visibilizar brutalmente las tendencias descritas por Han. El paso repentino al teletrabajo, la imposibilidad de separar espacio laboral y personal, la conectividad permanente y la implementación de herramientas de control empresarial —como softwares de monitorización del rendimiento o la exigencia de estar siempre disponible por videollamada— intensificaron los mecanismos de autoexplotación y desdibujaron la frontera entre el tiempo de trabajo y el de descanso.
Este nuevo escenario generó consecuencias devastadoras. Diversos informes académicos y estadísticas institucionales, como las del informe mundial de la OMS de 2022, evidencian un incremento del 25% en los trastornos de ansiedad a nivel global. Las consultas psicológicas aumentaron, al igual que el consumo de psicofármacos y las bajas laborales por estrés. Este panorama confirma la intuición central de Han: vivimos en una era donde la libertad se ha transformado en una coacción disfrazada, y su filosofía se erige como un marco teórico clave para comprender el nuevo malestar de nuestra época.
¿Es posible una alternativa?
Han no ofrece soluciones fáciles, pero sugiere que la contemplación, la lentitud y el silencio podrían funcionar como antídotos a la hiperactividad moderna. Frente a la lógica del rendimiento, propone una «política de la quietud». Inspirado en parte por tradiciones orientales como el budismo y el taoísmo, Han también recoge elementos fundamentales de la filosofía de Martin Heidegger, particularmente su crítica a la tecnificación del ser y su llamado a una existencia más auténtica. La idea heideggeriana del «habitar poéticamente el mundo», así como su distinción entre el «ser» y el «hacer», resuenan en la propuesta de Han de abandonar la hiperactividad para reencontrarse con una forma de vida más contemplativa y abierta al misterio del ser. En este sentido, el retorno al silencio no es simplemente una estrategia de descanso, sino una forma radical de reorientar nuestra relación con el mundo.
Conclusión
La «sociedad del cansancio» no es solo un diagnóstico sociológico, sino también una invitación a repensar nuestra forma de vida desde una perspectiva ontológica, como ya lo anticipaba Martin Heidegger cuando advertía que el ser humano ha olvidado el sentido del ser en su obsesiva entrega a la técnica y al hacer. La filosofía de Byung-Chul Han nos enfrenta con una pregunta urgente, que resuena como eco de Heidegger: ¿hasta cuándo podemos seguir rindiendo antes de colapsar? Y más aún: ¿qué tipo de libertad estamos ejerciendo cuando elegimos, de forma aparentemente autónoma, someternos a un sistema que nos consume desde dentro?
Si te interesa este tema, te recomiendo el libro de Byung-Chul Han «La sociedad del cansancio«.

Preguntas frecuentes
La idea central es que vivimos en una sociedad que nos empuja a la autoexplotación mediante un exceso de positividad y rendimiento, lo que genera enfermedades psíquicas como el burnout o la depresión.
Porque ofrece una crítica precisa a las formas actuales de poder y control, centradas en la autoexigencia y la hiperproductividad, especialmente visibles tras la pandemia.
Es el concepto que describe la presión constante por rendir, ser feliz, productivo y optimista, lo que en realidad genera malestar y agotamiento.
Han recoge ideas de Foucault, pero también se distancia de él al enfatizar la autoexplotación en vez de la vigilancia externa. En este artículo lo comparamos con Philipp Mainländer, cuya filosofía del cansancio y la renuncia ofrece un contrapunto radical.
Una vida más contemplativa, lenta y silenciosa, basada en la escucha y la atención, en lugar de la hiperactividad constante.
Referencias
- Han, Byung-Chul. La sociedad del cansancio. Herder, 2012.
- Mainländer, Philipp. La filosofía de la redención. 1876.
- OMS. Informe mundial de salud mental post-COVID-19, 2022.
- Adorno, Theodor. La dialéctica de la Ilustración, en colaboración con Max Horkheimer.