Ausencia de Byung-Chul Han

«Ausencia” de Byung‑Chul Han

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Introducción

En Ausencia. Acerca de la cultura y la filosofía del Lejano Oriente (2007), Byung‑Chul Han plantea una cuestión que parece contradecir los pilares del pensamiento occidental: la ausencia es, paradójicamente, plena. Este ensayo ofrece una mirada profunda a cómo las culturas de China, Japón o Corea construyen belleza y significado a través del vacío, del paso, de aquello que no se fija. En una época dominada por el “yo”, el progreso y la presencia constante, Han reta nuestras convicciones más arraigadas.

Te dejo por aquí mi reseña del libro en formato vídeo, por si te interesa:


Contraste radical: esencia vs. ausencia

El análisis central que propone Han enfrenta dos tradiciones filosóficas: en Occidente, la búsqueda de esencia y permanencia —encarnada en autores como Heidegger o Derrida—; mientras que en Oriente prima lo ausencia, lo transitorio, lo sin contornos ni yo hegemónico . Según Han, la cultura occidental reifica, diferencia, interioriza; en cambio, el pensamiento taoísta o zen cultiva el flujo, la disolución del sujeto:

“La no esencia, la ausencia se sustrae a toda fijación sustancial.”

Esta oposición no solo es conceptual, sino estética: el espacio arquitectónico, la luz en templos o la disposición de un jardín japonés remiten a ese ideal del vacío como plenitud potencial.


Ausencia en la vida cotidiana oriental

Han recorre seis ámbitos donde la ausencia no solo aparece, sino que estructura modos de habitar y convivir:

  • Arquitectura: templos que decantan entre interior y exterior, borrando contornos rígidos
  • Luz: no resplandor total ni clausura oscura, sino matices que no imponen presencia absoluta .
  • Cocina oriental: ausencia de “plato principal”, predominio del arroz, sabor sutil que no impone jerarquías
  • Lenguaje coreano o chino antiguo: estructuras gramaticales en donde no siempre hay sujeto explícito, lo que refuerza la transitoriedad.
  • Gestualidad: saludar evitando contacto visual directo, como reconocimiento de que “yo” no es el centro absoluto .
  • Artes y teatro de marionetas: énfasis en lo que sucede más allá del actor, en la ausencia de figura central.

Han articula estos ejemplos como una resistencia cultural a la lógica occidental del sujeto, del yo que domina.


Una idea filosófica profunda: el sujeto como huella

Dentro de su lúcida exposición, Han desarrolla una idea poco explorada pero fundamental: la ausencia como forma de ética existencial y estética. Basándose en Laozi, afirma: “un buen caminante no deja huellas”. Contra el sujeto que se afianza en su propia esencia, Han propone un sujeto que se reduce al caminar, que se vacía.

Este punto conecta con un autor poco conocido pero riguroso: François Jullien, filósofo y sinólogo francés, cuya obra El invierno de la lengua examina cómo el lenguaje no afianza necesariamente realidades sólidas. Han lo cita para argumentar que el vacío —el no‑todo— no es carencia sino apertura. No obstante, sus contrastes, a veces, simplifican tradiciones complejas .


Relevancia contemporánea: más allá del exotismo

Han no ofrece recetas gourmet ni espiritualidades prefabricadas. Su intención es “desnudar” la ilusión occidental de conocerlo todo y dominarlo . En la era digital, donde el ruido hipercomunicativo y el narcisismo autodestructivo prevalecen, la ausencia aparece como valor regenerativo:

  • Favorece una conciencia del no yo, contraria al ego hiperactivo.
  • Permite cultivar espacios mentales para la contemplación y la transición.
  • Nos hace practicar una ética de la huella ligera, más empática y humilde.

Este retorno a lo sutil no es nostalgia, sino estrategia para una vida más vivible.


Críticas y tensión del planteamiento

La revisión exhaustiva del estilo haniano revela aciertos y tensiones:

  1. Rigor hermenéutico: su estilo, con citas numerosas, se construye con precisión, pero a veces oscurece el argumento.
  2. Orientalismo crítico: el defecto principal es presentar el Lejano Oriente como monolítico, sin matices históricos o debates internos
  3. Contraste dicotómico: la oposición Occidente-Oriente puede caer en polarizaciones excesivas, aunque útiles como provocación .

Aun con estos límites, la potencia del libro reside en obligarnos a repensar lo que damos por obvio: permanencia, esencia, sujeto, presencia.


Conexión con otro autor poco conocido: Étienne Souriau y la estética de lo ausente

Para profundizar en una figura menos explotada, es interesante conectar Ausencia con Étienne Souriau (1892–1979), filósofo francés de la estética. En su obra Esthétique matérielle, Souriau señala que lo bello no reside solo en la forma presente, sino en las resonancias, en las sugerencias veladas: la luz en penumbra, la sugerencia del silencio en la pintura. Para Souriau, como para Han, el vacío no es falta, sino presencia indirecta. Ambos comparten que lo no dicho, lo ausente, es el verdadero motor del impacto estético.

Esta alianza extiende la reflexión de Han más allá de lo comparativo hacia una estética universal del vacío.


Conclusión

Ausencia de Byung‑Chul Han es una provocación filosófica de primer orden. Nos fuerza a repensar valores fundamentales del pensamiento occidental: esencia, yo, presencia, permanencia. Su fuerza radica en usar lo cotidiano —arte, cocina, lenguaje— para demostrar que el vacío puede ser sustantivo, que lo ausente puede estructurar lo real. Con una lectura filosófica rigurosa, vinculada a Souriau, es posible construir una propuesta estética y existencial que renueve nuestro sentido del ser sin caer en soluciones espiritualistas de supermercado.

El valor de la ausencia se convierte, así, en rito de paso hacia una forma de conciencia menos agresiva, más dialógica con lo otro, con el silencio, con el no yo.

Si te interesa, te dejo por aquí el enlace al libro:

Ausencia de Byung-Chul Han