Friedrich Nietzche método genealógico

Antología de textos de Nietzsche para entender el método genealógico

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Introducción

Se presenta una breve antología de textos de Nietzsche para comprender el método genealógico en la 1ª situación de aprendizaje de 1º de bachillerato que se titula Los métodos filosóficos y el enigma de la conciencia. Para entender mejor los textos se puede consultar…

Humano, demasiado humano

Defecto hereditario de los filósofos. — Todos los filósofos comparten el defecto en sí de partir del hombre actual y creer que con un análisis del mismo pueden llegar al objetivo. Sin quererlo, “el hombre” flota ante su mente como una aeterna veritas, como algo que permanece igual en toda vorágine, como una medida segura de las cosas. Pero todo lo que el filósofo enuncia sobre el hombre no es en el fondo más que un testimonio sobre el hombre de un espacio temporal muy limitado. La falta de sentido histórico es el defecto hereditario de todos los filósofos; muchos incluso toman sin pensarlo la configuración más reciente del hombre, tal como ha surgido bajo la presión de determinadas religiones, incluso de determinados eventos políticos, como la forma fija de la que hay que partir. No quieren enterarse de que el hombre ha devenido, de que también la facultad de conocimiento ha devenido. […] Todo ha devenido; no hay hechos eternos: así como no hay verdades absolutas. —Por eso es necesario ahora en adelante el filosofar histórico y con él la virtud de la modestia.

Nietzsche. Humano, demasiado humano. Vol. 1. (2).

Crepúsculo de los ídolos

¿Me pregunta usted qué cosas son idiosincrasia en los filósofos?… Por ejemplo, su falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su egepticismo. Ellos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni [desde la perspectiva de lo eterno], — cuando hacen de ella una momia. Todos lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real.

Nietzsche. Crepúsculo de los ídolos. “La ‘razón’ en la filosofía”. p. 45.

La genealogía de la moral

Necesitamos una crítica de los valores morales, hay que poner alguna vez en entredicho el valor mismo de esos valores —y para esto se necesita tener conocimiento de las condiciones y circunstancias de que aquéllos surgieron, en las que se desarrollaron y modificaron (la moral como consecuencia, como síntoma, como máscara, como tartufería, como enfermedad, como malentendido; pero también la moral como causa, como medicina, como estímulo, como freno, como veneno), un conocimiento que hasta ahora ni ha existido ni tampoco se lo ha siquiera deseado. Se tomaba el valor de esos “valores” como algo dado, real y efectivo, situado más allá de toda duda.

Nietzsche. La genealogía de la moral. 6. p. 23.

La gaya ciencia

El peso más pesado. — Qué pasaría si un día o una noche se introdujera a hurtadillas un demonio en tu más solitaria soledad para decirte: “Esta vida, tal como la vives ahora y la has vivido, tendrás que vivirla no sólo una, sino innumerables veces más; y sin que nada nuevo acontezca, una vida en la que cada dolor y cada placer, cada pensamiento, cada suspiro, todo lo indeciblemente pequeño y grande de tu vida habrá de volver a ti, y todo en el mismo orden y la misma sucesión. Al eterno reloj de arena de la existencia se le dará la vuelta una y otra vez — ¡y tú con él, minúsculo polvo en el polvo!”. ¿No te arrojarías entonces al suelo, rechinando los dientes, y maldiciendo al demonio que te hablara en estos términos? ¿O acaso ya has vivido alguna vez un instante tan terrible que le responderías: “¡Tú eres un Dios y jamás he escuchado nada más divino!”? Si aquel pensamiento llegara a apoderarse de ti, tal como eres, te transformaría y tal vez te aplastaría; la pregunta decisiva respecto a todo y en cada caso particular sería ésta: “¿Quieres repetir esto una vez más e innumerables veces más?”. ¡Esto gravitaría sobre tu acción como el peso más pesado! Pero también: ¡qué feliz tendrías que ser contigo mismo y con la vida, para no desear nada más que esta última y eterna confirmación y sanción!

Nietzsche. La gaya ciencia [341].