Hegel y la prueba ontológica: una reinterpretación dialéctica

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Introducción

Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) es uno de los filósofos más influyentes del idealismo alemán. Su filosofía gira en torno al concepto del absoluto, entendido como la totalidad dinámica de la realidad en constante desarrollo. En este contexto, Hegel revisita la prueba ontológica de la existencia de Dios, formulada originalmente por Anselmo de Canterbury y perfeccionada por René Descartes, ofreciendo una interpretación que trasciende las limitaciones tradicionales de este argumento.

Para Hegel, la prueba ontológica no es simplemente una demostración lógica de la existencia de Dios, sino una expresión de la unidad entre pensamiento y ser. Este artículo examina cómo Hegel reformula esta prueba en su sistema filosófico, explorando su enfoque dialéctico y su impacto en la filosofía moderna.


Un repaso de la prueba ontológica

La prueba ontológica, desarrollada inicialmente por Anselmo de Canterbury en su Proslogion, argumenta que Dios, definido como «aquello mayor de lo cual nada puede pensarse», debe existir. El razonamiento se basa en la idea de que un ser perfecto que no exista sería menos perfecto que uno que exista.

René Descartes retomó esta prueba en sus Meditaciones metafísicas, argumentando que la existencia es una perfección necesaria de Dios, quien es el ser supremo y perfecto. Sin embargo, este enfoque fue criticado por filósofos como Kant, quien sostuvo que la existencia no es un predicado que pueda añadirse a un concepto para hacerlo más completo.


Hegel y la reinterpretación de la prueba ontológica

Pensamiento y ser como unidad

Hegel rechaza las críticas de Kant a la prueba ontológica argumentando que estas se basan en una separación rígida entre pensamiento y realidad. Según Hegel, esta separación es producto de un dualismo limitado que Kant introduce entre las categorías del entendimiento y las cosas en sí mismas. Para Hegel, pensamiento y realidad no son entidades separadas, sino momentos de una totalidad dinámica que él llama el absoluto. La prueba ontológica, desde esta perspectiva, no se reduce a una inferencia lógica abstracta, sino que refleja una verdad más profunda: que el pensamiento absoluto, al concebir a Dios, afirma necesariamente su ser como una realización concreta en la realidad. Esta unidad entre pensamiento y ser es fundamental en su sistema filosófico, ya que elimina las dicotomías tradicionales entre lo conceptual y lo real. En su sistema dialéctico, Hegel sostiene que el pensamiento no está separado del ser, sino que ambos son aspectos de una misma totalidad dinámica. Desde esta perspectiva, la prueba ontológica no se limita a una inferencia lógica, sino que expresa una verdad fundamental: el pensamiento absoluto, al concebir a Dios, también afirma su realidad.

Para Hegel, el concepto de Dios como absoluto no es una idea abstracta, sino la realización concreta de la totalidad en el proceso histórico y lógico del desarrollo del espíritu.

La necesidad lógica del absoluto

En la Enciclopedia de las ciencias filosóficas, Hegel argumenta que la prueba ontológica refleja la necesidad lógica de la existencia de Dios. Para él, el absoluto no es algo que exista fuera del pensamiento, sino que se manifiesta a través de él. Esta necesidad no es una imposición externa, sino una autoconfirmación interna del concepto.

Hegel escribe:

«El concepto no se queda en sí mismo, sino que tiende a pasar al ser; la idea absoluta se realiza necesariamente como realidad».

Así, para Hegel, la prueba ontológica es válida porque el concepto de Dios no puede permanecer en el plano de la abstracción; debe realizarse en el mundo.

La dialéctica de la idea divina

Hegel utiliza su método dialéctico para reinterpretar la prueba ontológica. A ojos de Hegel, las pruebas de la existencia de Dios carecen de dialéctica y, por ende, al no ser capaces de dar cuenta del momento negador dialéctico no pueden mostrar la forma mediante la cual Dios se eleva sobre el mundo. Tal y como sostiene en la Enciclopedia de las ciencias filosóficas:

Las pruebas de la existencia de Dios son interpretaciones y descripciones deficientes de la elevación del espíritu desde el mundo a Dios, porque no expresan el momento de negación que se contiene en esa elevación o, mejor dicho, no lo ponen de relieve.

Hegel. Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas. Abada Editores. p. 199.

Según él, el desarrollo de la idea de Dios sigue un proceso dialéctico que incluye:

  • La tesis: La concepción inicial de Dios como idea pura.
  • La antítesis: La crítica que señala la separación entre el concepto y la existencia.
  • La síntesis: La reconciliación, donde el concepto y la realidad se unen en el absoluto.

Este proceso no es solo lógico, sino también histórico, ya que Hegel ve en la religión y la filosofía expresiones del desarrollo del espíritu absoluto.


Concepto e idea en relación a la prueba ontológica en la filosofía de Hegel

Una de las distinciones clave en la filosofía de Hegel es la diferencia entre concepto (Begriff) e idea (Idee), que desempeña un papel fundamental en su reinterpretación de la prueba ontológica. Según Hegel, el concepto es el fundamento lógico de la realidad, una estructura que organiza y da coherencia al pensamiento. Es dinámico y está orientado hacia su realización en la realidad.

Por otro lado, la idea representa la síntesis del concepto y su manifestación concreta en el mundo. Es la unión del pensamiento y el ser, el momento en que el concepto alcanza su plenitud al realizarse en la realidad objetiva.

Esta distinción es crucial para entender cómo Hegel aborda la prueba ontológica. Para él, el concepto de Dios no puede quedarse en una abstracción lógica; debe transformarse en idea, lo que implica su realización en el absoluto. En este sentido, la prueba ontológica no es solo un razonamiento lógico, sino la expresión de un proceso dialéctico en el que el concepto de Dios, a través de contradicciones internas y su resolución, se despliega progresivamente para alcanzar su realización plena como idea en la realidad. Este autodespliegue no es meramente un acto lógico, sino un proceso histórico y dinámico que refleja el desarrollo del espíritu absoluto. La transformación del concepto en idea implica una síntesis en la que pensamiento y ser, previamente diferenciados, se integran en una unidad concreta, demostrando la naturaleza activa y creativa del absoluto..

Hegel escribe:

«La idea es el concepto en su existencia total, en la que pensamiento y ser no son distintos, sino que se muestran como una unidad en la totalidad».

La prueba ontológica, entonces, no es simplemente una afirmación lógica de la existencia de Dios, sino un reconocimiento de que la unidad de pensamiento y ser se realiza necesariamente en la idea absoluta.


Impacto de la reinterpretación hegeliana

La reinterpretación de la prueba ontológica por parte de Hegel tuvo un impacto significativo en la filosofía moderna. Su énfasis en la unidad entre pensamiento y ser influyó en corrientes como el existencialismo, la fenomenología y la teología moderna. Además, su enfoque dialéctico abrió nuevas vías para entender la relación entre lo finito y lo infinito, así como entre lo humano y lo divino.

Sin embargo, su visión también ha sido objeto de críticas. Algunos filósofos, como Kierkegaard, argumentaron que Hegel subsume lo personal y trascendente de Dios en un sistema lógico impersonal. Otros, como Karl Marx, rechazaron la dimensión teológica de su filosofía, reinterpretando su dialéctica en términos materiales.

¿Qué es el concepto y la idea según Hegel y cuál es su relación con la prueba ontológica?

El concepto (Begriff) es el fundamento lógico de la realidad, una estructura dinámica orientada a su realización. La idea (Idee) es la síntesis del concepto con su manifestación en la realidad, donde pensamiento y ser se integran en una unidad concreta. En la prueba ontológica, Hegel muestra cómo el concepto de Dios alcanza su plenitud como idea al realizarse en la realidad.

¿Qué es la prueba ontológica según Hegel?

Es una expresión de la unidad entre pensamiento y ser, donde el concepto de Dios necesariamente se realiza en la realidad.

¿Cómo difiere Hegel de Anselmo y Descartes?

Hegel no ve la prueba ontológica como una inferencia lógica abstracta, sino como parte de un proceso dialéctico en el que el concepto de Dios se realiza en el absoluto.


¿Qué papel juega la dialéctica en la prueba ontológica de Hegel?

La dialéctica permite reconciliar la separación entre concepto y existencia, mostrando que ambos son momentos de una totalidad dinámica.

¿Sigue siendo relevante la prueba ontológica según Hegel?

Sí, su reinterpretación influye en debates sobre metafísica, teología y la relación entre pensamiento y realidad.

¿Cómo difiere Hegel de Anselmo y Descartes?


Hegel no ve la prueba ontológica como una inferencia lógica abstracta, sino como parte de un proceso dialéctico en el que el concepto de Dios se realiza en el absoluto.

Conclusión

La reinterpretación de la prueba ontológica por parte de Hegel es una de las aportaciones más innovadoras al pensamiento metafísico y teológico. Al vincular la existencia de Dios con el desarrollo lógico e histórico del absoluto, Hegel supera las limitaciones tradicionales del argumento y abre nuevas perspectivas para entender la relación entre lo finito y lo infinito.

Aunque su enfoque ha sido objeto de críticas, sigue siendo una fuente de inspiración para filósofos y teólogos que buscan explorar las conexiones entre pensamiento, realidad y trascendencia. En última instancia, la visión hegeliana de la prueba ontológica refleja su compromiso con una filosofía que abarca la totalidad de la experiencia humana y divina.

Referencias

  • Hegel, Georg Wilhelm Friedrich. Enciclopedia de las ciencias filosóficas. 1817.
  • Anselmo de Canterbury. Proslogion. 1078.
  • Descartes, René. Meditaciones metafísicas. 1641.
  • Kant, Immanuel. Crítica de la razón pura. 1781.